Montag, 17. Januar 2011

Londres

Calor, demasiado calor, sólo recuerdo eso. Pero que importaba ¡estaba en Londres! Estaba parada debajo del inmenso reloj, sólo esperando. Quedamos que nos encontraríamos cuando el Big Ben diera las campanadas de las 6:00 de la tarde, yo estaba demasiado nerviosa. Me preguntaba cómo se estaba sintiendo él... ¿estaría tan nervioso como yo? ¿que diría al verme de nuevo?
Todas esas preguntas sólo me daban vueltas en la cabeza mientras intentaba relajarme un poco. En mi iPod sonaba la canción de "Skins Theme Tune" por Fat Segal, aún recuerdo cuando le dije que con esa canción me imaginaba nuestro maravilloso reencuentro, él me dijo que escuchara a partir del segundo 00:52 que en ese preciso segundo ya se imaginaba que yo estaba junto a él. Así que le adelante a el dichoso segundo 00:52; en cuanto la música empezó a sonar de nuevo me dieron escalofríos. Miré el gran Big Ben para ver la hora... eran las 5:50, sólo 10 minutos más y...  ¡por fin tendría frente a frente de nuevo al hombre de quién había estado enamorada secretamente hacia más de 2 años!
Simplemente no podía creer que al fin esto me estuviera sucediendo, después de esperar tanto tiempo para volverlo a ver, después de 2 años de creer tontamente en un amor lejano, después de tantas cartas de amor, de tantos "te amo, de tantos "quisiera que estuvieras ahora aquí"; al fin lo iba a tener cerca de nuevo. Una vez más miré el reloj... 5:57 -"¡Dios sólo 3 minutos más!" pensé. El tiempo estaba pasando tan lento en ese momento, hubiera deseado que así hubiera sido en el vuelo de México a Londres; con lo que amo los aviones el vuelo me pareció tan corto.
De repente escuché las campanadas del Big Ben, me sobresalté... Pensé "¡Es lo que habías estado esperando todo el verano, vamos no seas cobarde! Caminé temblorosamente hacia la fuente, desde que había puesto esa tonta canción no la podía dejar de escuchar; así es que estaba mirando mi iPod para adelantarle al segundo que yo quería. En ese momento choqué con alguien de frente "Oh disculpa lo siento, no miré por dónde caminaba" dije, levanté la vista y sólo pensé "Oh por Dios, es él".
¡Era él! No lo podía creer... me quedé atónita. Tontamente me dijo hola, yo sólo le hice una mueca extraña con la cara para devolverle el saludo, luego el dijo "Finalmente" y sonrió. Yo sólo sentí que millones de mariposas volaban en mi estómago, tenía náuseas, no sabía que decir. Simplemente balbucée y lo miré, creo que el se dió cuenta de que me puse nerviosa porque no dijo nada, sólo siguió sonriendo con esa sonrisa que siempre me había encantado, esa sonrisa de la cual me enamoré.
"No sabes cuanto había esperado este día" dijo y yo sólo sonreí, ahora a mi mente venían tantos recuerdos, tantas canciones, tantas cosas que nos dijimos cuando estábamos lejos. Ahora todo era real, ya no tenía que imaginármelo, él estaba ahí conmigo y eso era lo único que necesitaba.